lunes, 17 de junio de 2013

La figura de Emilio Ribera Gómez (1853-1921)

Fragmento del texto del estudio introductorio de José María López Piñero a la edición facsímil, de la Cátedra de Eméritos de la Comunidad Valenciana, de la 4ª edición de los “Elementos de Historia Natural” de Emilio Ribera Gómez publicada en Valencia en 1893.

“Ya sabemos que Emilio Ribera Gómez (1853-1921) sucedió en 1877 a Salustiano Sotillo en la cátedra de Historia Natural del Instituto de Segunda Enseñanza. Había nacido en Madrid, estudiando en su Universidad y, antes de venir a Valencia, fue catedrático de la misma disciplina en el Instituto de Almería. Durante las casi tres décadas que permaneció en nuestra ciudad impartió una enseñanza rigurosa y al día, y convirtió el Museo de Ciencias Naturales del Instituto en uno de los mejores de España en su género. Trabajó junto a varios de sus compañeros de claustro, especialmente con Pedro Fuster y Pablo Colvée.
Como secretario de la Sociedad Valenciana de Agricultura y “director de paseos y arbolados” del municipio, colaboró con Fuster en varias iniciativas agronómicas, así como en una exposición sobre higiene escolar en el Instituto adjunta al IX Congreso Internacional de Higiene y Demografía (1898), que recibió un importante premio. Su estrecha amistad con Colvée le permitió, como vamos a ver, recoger inmediatamente en su compendio los principales descubrimiento parasitológicos que éste había realizado. Por otro lado sirvió de enlace entre el Instituto y la Universidad de Valencia. Se encargó en varias ocasiones de la enseñanza de la zoología y la mineralogía en la Facultad de Ciencias y formó parte de diversas comisiones de la Universidad, entre ellas, de la encargada de la administración del Jardín Botánico. Viajero incansable, recorrió numerosas zonas de España y de la Europa occidental y estuvo también en los Estados Unidos y Canadá, realizando estudios en museos histórico-naturales y recogiendo abundantes ejemplares, que fue incorporando al del instituto de Valencia. Publicó trabajos sobre temas biológicos, geológicos y agronómicos en la Revista Valenciana de Agricultura, el Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural y otras revistas científicas, así como artículos de divulgación en la prensa diaria de Valencia y Madrid. Sin embargo, estaba principalmente interesado en la didáctica de las ciencias naturales, motivo por el cual participó, ocupando una destacada posición, en numerosos congresos pedagógicos y científicos españoles y también en algunos internacionales, como el organizado por la Sociedad Helvética de Ciencias Naturales en 1886 y el Congreso Internacional de Educación celebrado en Chicago el año 1893. Ello explica también el esfuerzo que dedicó a las publicaciones en torno a la enseñanza de la historia natural en el bachillerato. En 1904 renunció temporalmente por razones de salud y pasó a ser “conservador mayor” del Museo de Ciencias Naturales de Madrid. A partir de entonces declinó su actividad, aunque hasta 1913 pudo presentar breves notas y “comunicaciones verbales” a la Sociedad Española de Historia Natural. En su testamento legó un fondo económico destinado a una beca para estudiantes pobres que cursaran el doctorado en ciencias naturales. Fue el final consecuente de una vida dedicada con entusiasmo a la enseñanza.

Aparte de los artículos y de numerosos informes, programas y memorias, Ribera publicó en Valencia los libros de Nociones de Higiene privada y social, que tuvo catorce ediciones entre 1880 y 1923, Nociones de Anatomía y Fisiología humanas con preliminares de Historia Natural (1894), Ensayo de un curso de cuadros de Historia Natural (1894) y Rudimentos de Anatomía y Fisiología animales (1898). No obstante, su principal contribución consistió en los Elementos de Historia Natural, de los que aparecieron quince ediciones entre 1879 y 1926, que fueron impresas por Manuel Alufre hasta el traslado de su autor a Madrid y, a partir de entonces, por Jaime Ratés. Además, la parte dedicada al cuerpo humano fue reeditada en 1894, 1902 y 1909, tras la introducción de la asignatura “Nociones de organografía y fisiología humanas” en el plan de estudios del bachillerato. Tan amplia y continuada pervivencia corresponde al prestigio y la gran difusión de la obra, no sólo en España, sino en los países americanos de lengua castellana. A estos últimos iban dirigidas sus Nociones de historia natural (1893) publicadas en París por los hermanos Garnier, que también editaron su Manual sobre árboles frutales escrito especialmente para América, en 1903, 1905 y 1925, y reimprimieron con el mismo destino sus Rudimentos de Anatomía y Fisiología animales (1910)."

Para saber más sobre Emilio Ribera se puede leer el siguiente artículo.

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